Los derechos humanos con la soga al cuello

Irán: Tarjeta roja de la ONU

El futbolista iraní Amir Nars-Azadani se enfrenta a una posible ejecución tras protestar a favor de los derechos de la mujer en su país. Si esto no cesa, será la tercera persona en ser ahorcada en público tras ser condenada por lo que a juicio de los iranís es pecado mortal. Hace 40 años pensaban que en 2022 habría coches voladores y lo único que hay son tradiciones de la edad media.

Amir Nars-Azadani

Hoy no son buenos días, Pirlistas. Cada vez la humanidad da un paso más atrás, no estamos saliendo de una y ya nos estamos metiendo en otra, ayer velábamos por los derechos de Catar, hoy la víctima es Irán. El régimen iraní le condena a la ejecución mediante la horca por un delito llamado ‘moharebeh’, es decir, ‘enemistad con Dios’ por su supuesta participación en los asesinatos, mediante arma de fuego, de tres agentes de seguridad, todo esto a raíz de la protesta por la muerte de Mahsa Amini, una mujer que fue detenida por llevar mal el hiyab, velo con el que las mujeres cubren su rostro. La embajada de Irán en Bogotá ha desmentido que el jugador iraní haya sido condenado a muerte, así lo ha hecho oficial en su cuenta oficial de Twitter:

Falsa noticia sobre la sentencia de muerte de un futbolista Iraní. Según la acusación emitida Azadani es el quinto acusado en una causa penal. Está acusado de ser miembro de un grupo armado que mato a tres policías y agentes de seguridad con armas».

Embajada iraní
Protesta por el derecho de la mujer en el Mundial de Catar

Pero la chicha está aquí, el entorno del jugador, que está viviendo a flor de piel todo este mal trago, ha desmentido estas noticias y aseguran que Amir ha sido acusado por apoyar las protestas a favor de los derechos de las mujeres que zarandean el país tras lo ocurrido con Mahsa. Uno de sus familiares asegura que recibieron amenazas de las fuerzas de seguridad de que si revelaban las noticias de su arresto le impondrían la sentencia más extrema posible. Según las leyes islámicas vigentes en el país, los acusados tienen 20 días para apelar a su condena de muerte, que luego debería ser revisada por el Tribunal Supremo. Sin embargo, no le dan mucha importancia, ya que la semana pasada murió ahorcado un joven de 23 años en plena calle por lo mismo que se le acusa a Amir, y antes de cumplirse los 20 días, siendo este el primer ejecutado por las protestas.

La ONU ha expulsado a Irán de su «Comisión de la Mujer» en respuesta a la represión de las protestas y Amnistía Internacional asegura que un total de 44 menores han sido asesinados por las fuerzas de seguridad a causa de las manifestaciones. Las familias damnificadas están sometidas a fuertes presiones para que guarden silencio, han llegado a tener que hacer declaraciones grabadas en vídeo exculpando a los policías para que no haya más sangre en el río.

Vivimos en una peli de terror, cuando parece que el susto se ha pasado vienen los antagonistas y te dicen que esto dura toda la vida, que no van a cesar. Amir, Mahsa y los protestantes son los buenos, los que luchan contra ellos y nos representan.

Aficionados iraníes protestan por el derecho de la mujer

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