Cada jornada que pasa la competición se pone más seria. Unos buscan zonas europeas, otros la salvación, algunos quieren estar en la zona tranquila sin que nadie les moleste… y ahora mismo el RCD Mallorca está en las tres situaciones. El objetivo principal es sin ninguna duda la permanencia, pero el conjunto de Aguirre se ha ganado el derecho a soñar con algo más. En octava posición y a tres puntos de Europa, visitan a un Espanyol que busca con desasosiego alejarse de la zona baja de la tabla.
25 de febrero. Estadio Cornellà-El Prat. 14:00 h. Los partidos a la hora de comer son bromas de mal gusto. El día que juega el Mallorca ya tienes el estómago revuelto de por sí, imagínate en ese horario y encima fuera de casa. Las lentejas las dejas para el día siguiente y coges una ensalada para evitar el desmayo. El conjunto bermellón llega en estado de gracia tras cinco victorias en casa, hazaña que no ocurría desde la temporada 2012-2013. Sin embargo, lejos de Son Moix el equipo no consigue carburar. Son cuatro derrotas tras el parón mundialista y además sin ver portería, la peor racha desde 2002. Ya van doce puntos perdidos fuera de casa.
Mientras tanto, el Espanyol de Diego Martínez llega al encuentro a dos puntos del descenso, pero aliviados tras la victoria in extremis ante el Elche con el chicharrazo de Sergi Darder y sabiendo que el Mallorca no gana en su feudo desde 2011. El conjunto catalán tiene la enfermería llena de jugadores: Gori, Keidi, Pedrosa, Fernando Calero… y su máximo ariete, Joselu Mato, que está tocado aunque cabe la posibilidad de que llegue a tiempo para disputar el choque.
Los dos conjuntos pasan por situaciones radicalmente diferentes. El Espanyol es el segundo equipo con mayor número de derrotas en casa, han sumado 10 puntos de 33 posibles, únicamente el Elche le supera. Justo lo contrario pasa con los insulares, alternan victorias con derrotas y Son Moix se ha convertido en la zona de confort para sumar de tres en tres. Javier Aguirre ha afirmado en rueda de prensa que están pasando por un buen momento y que hay que corroborarlo fuera de casa.
Siete puntos separan a los dos equipos. Los bermellones buscarán acabar con el mal fario como visitante y dar un golpe en la mesa en la zona alta, y así demostrar que este equipo puede soñar con cosas grandes. Mientras tanto, los pericos quieren escalar posiciones para poner tierra de por medio en su objetivo por la permanencia. Hoy se juegan algo más de tres puntos, el sueño pasa por Cornellà.
Muy buena previa, nos dejas con ganas de más tras cada artículo