El primer título de la nueva era

Muchos éramos unos niños cuando la selección española ganó su último título. Tras una época dorada, muchas desilusiones e innumerables prórrogas, la Roja vuelve a sentarse en la mesa de los campeones. No fue un partido fácil. Enfrente estaba Croacia, una selección conocida por no tirar la toalla ante las adversidades más complejas. Después del tiempo extra y unos penaltis de infarto, la balanza se decantó por el lado español, que consigue su primer trofeo desde la Eurocopa del 2012.

La fatiga de toda una temporada se vio reflejada en el césped. Los 90 minutos reglamentarios fueron apáticos. Ocasiones tímidas por parte de las dos selecciones, pero sin dar el nivel al que nos tienen acostumbrados. El conjunto croata logró hacer lo que mejor se le da: minimizar la virtud de los rivales. Por ello, la selección de Luis de La Fuente no logró crear peligro y se vio sometida durante gran parte del partido. El inconveniente de Croacia fue no lograr atinar las que tuvo, además de que su máximo talento, Luka Modrić, no gozó de su mejor encuentro. Cuando el choque se puso serio, España despertó y reivindicó que esto de las finales no es cómo empieza, sino cómo acaba.

Tras el empate a cero, el encuentro se iba a la prórroga. Nada nuevo bajo el sol. España y Croacia son expertas en los tiempos extra. En los últimos 13 partidos con posibilidad de prórroga, los croatas han disputado 10. La Roja no se queda corta, ya que ha vivido en las últimas cinco competiciones jugadas un total de nueve alargues.

El conjunto de Luis de La Fuente cogió la batuta en los últimos compases del partido. La defensa croata frenaba las acometidas españolas y protegió el empate hasta llegar a la pena máxima. Tras 120 minutos de un choque sosegado, los penaltis pusieron la emoción característica de una final. Ambos conjuntos consiguieron empezar con buen pie, y nunca mejor dicho. Todos atinaban al arco, hasta que llegó el héroe de la noche, Unai Simón. El guardameta español se había visto inmerso en varias polémicas tras la tanda de penaltis ante Marruecos en el Mundial de Qatar, pero el tipo las disipó ayer parando dos y dejando en bandeja el último tiro a Carvajal, que lo mandaba al fondo de las mallas para llevar el delirio a la grada.

Tras el último lanzamiento, la selección española ganaba por 5-4 desde la pena máxima y se proclamaba campeona de la UEFA Nations League, competición que muchos desmerecen y que tiene mucho valor ganarla. Primer título de la nueva era.

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