Que nunca acabe esta historia

Abdón Prats: Siempre tú

Minuto 94, el éxtasis. La emoción de un chaval de Artá que vuelve a hacer feliz una vez más al club de sus amores. No sé si será su bigote, su manera de sentir los colores o la sangre fría de aparecer cuando más le necesitan. Abdón, que nunca acabe esta historia.

Abdón celebrando el tanto de la victoria

Cae la noche en el feudo mallorquinista. Atasco en la autopista. Hay ilusión en las calles, primer partido del año y con el estadio recién remodelado. Te compras una cervecita y sacas del bolsillo el bocata hecho de casa, empieza a hacer un poco de rasca y te pones la bufanda de tu equipo. Empiezan los cánticos y el baile.

Casi 17.000 personas presenciaron ayer la victoria ‘in extremis’ del conjunto bermellón. Enfrente, un Valladolid que se mete en líos al estar a tan solo dos puntos de la zona de castigo. La permanencia se paga cara y el míster, Javier Aguirre, lo sabe. Salió con un once de garantías pese a la suplencia por decisión técnica de Kang-In Lee, aunque hay rumores de que su futuro inmediato está en ligado a la Premier League.

El partido transcurría con normalidad, ocasiones tímidas para los dos equipos, pero ninguno conseguía materializarlas. Un envío al larguero del conjunto vallisoletano en el 62′ despertó a los isleños de la siesta, teniendo así en la siguiente jugada un cabezazo del pirata Muriqui que por poco no acaba en el fondo de las mallas. ¿No hay goles? Llamen a Abdón. El jugador insignia del conjunto mallorquín salió en el 84′ para hacer lo que mejor se le da, revolucionar el partido. Minuto 94, una pequeña parte del estadio se marcha para no encontrar atasco. Lo que no saben es que está él. En el área. Esperando el centro. El surcoreano Kang In puso un balón con música al punto de penalti y el de siempre cabeceó para darle tres puntos de oro a los mallorquines. Su lema es: «Si no es gol en el último minuto no vale». Como contra el Dépor en aquella noche mágica. Como esa chilena ante el Almería. Como aquel zapatazo ante al Rayo que supuso media salvación.

Abdón y RCD Mallorca. RCD Mallorca y Abdón. Una historia de amor mejor que la de Rose y Jack. Mejor que el pa amb oli. Igual que ‘La Cita Pirlista’ y vosotros.

El conjunto mallorquín celebrando el gol

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